Mi rutina, es un mal silencioso y sutil; un virus que mina mis sentidos...
Pero tu, eliminas de mis días cualquier camino predestinado.
En el día, el sol está más radiante y en la noche puedo ver las constelaciones.
No hay tempestad alguna que me oprima disfrutar esos momentos.
Tu la cambias, esa aburrida rutina de vivir sin ti.
Con cada letra, de cada palabra, cada sonido de tu voz...