sábado, marzo 01, 2008

Al escuchar

Al escuchar el sonido del viento pasar
ahí, cuando tropiezan las olas con el mar
en la arena deslizan mis pies
firmes y pacientes andando sin parar...
llevan mi cuerpo,
tratando de llegar al Edén,
en la casa de la más adorada princesa
de tres reinos, esa de ojos lindos,
esa que en frente a la bahía,
encantaba a los principes que se posaban
para mirarla y escuchar
su alegre y melodioso cantar.
Yo, principe de cinco reinos
a la princesa de ojos lindos,
quería conquistar,
era tan suave su canto
que no podía dejar de escuchar
de sentir, de no hablar...
Las ondas sonoras que de su voz emana
purificaba las almas
de los más atrofiados guardianes.
En la noche, casi amaneciendo
caiste dormida en medio de la playa;
fue ahí donde con una mirada, despertaste
y pude al fin mirar sus ojos,
los ojos hermosos de aquella princesa
guerrera universal de sentimientos perdidos,
ya estaba cansada de tanto encierro,
de tantas promesas nunca cumplidas...
Solo con una rosa, y un sentimiento sincero
bastó, para que nunca dejara de mirarme.