jueves, diciembre 29, 2005

Solo, pero no tanto.

Sigo caminando en las calles vacías de la noche,
solo y sin abrigo que me diera calor, pensaba...
mil cosas pasaban por mi cabeza, y todavía no tenía
un nombre para lo que sentía, era tan fuerte
pero a la vez tan malo, las lágrimas se detenían
antes de salir de mis ojos, no podía mi llanto estallar.
El frío que rodeaba las calles y esas húmedas huellas
reflejaban la luz que las estrellas, sin ánimos,
me brindaban en cada paso que daba, y solo,
podía pagar un precio, y era el milagro de verlas.
Porque aunque creía haber estado solo,
no era así, quizas muchos pensamientos ajenos,
aquel sonido de una fuente de agua, casi cristalina;
y el canto del viento que suave me acariciaba,
me recordaban que el alba venía en camino;
ese camino que llevaba a mi paz.
Caminando solo pero no tanto
en un mismo lugar vacío
pero lleno de pensamientos y huellas
que me guían, que me ayudan a respirar.