para dejar mis palabras en un espacio;
para leerme cada vez que me pierda;
para transmitir el dolor más profundo;
para que se identifiquen con el amor más bello.
En mi mente almaceno vagos recuerdos felices; aquí lo harán mis palabras, sin que se las lleve el viento, para que recorran la eternidad, mientras internet y blogger existan.
Puerto Ordaz, 1 de noviembre de 2004
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